Si sientes que tu medidor está registrando un consumo que no se corresponde con el habitual, piensa en que puedes estar siendo víctima de fraude eléctrico.
El hurto de energía es un mal que afecta a las personas individualmente, a las instituciones que regulan el suministro y al Estado en sentido general.
Sus consecuencias pueden variar, pero van desde hacer que el usuario regulado pague un consumo que no le pertenece, hasta pérdidas millonarias para las distribuidoras, la afectación del servicio a toda una comunidad o, lo que es peor, pérdidas de vida y bienes por una conexión ilegal.
Por la relevancia que esta práctica ilegal tiene en la vida de cada uno, compartimos algunas consideraciones que, al respecto hacen José Aníbal Carela, procurador interino de la Procuraduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico (Pegase); Solangy`s Reyes Guzmán, gerente de Asuntos Penales, y Bartolo Morrobel, coordinador de Seguimiento y Control de Fraude, ambos de Edesur Dominicana.
“Se trata de un robo”
Para explicarlo de una forma clara, el magistrado Carela señala que el fraude eléctrico “se trata de un robo”, en el que un individuo se conecta ilegalmente al servicio eléctrico para su propio beneficio o el de un tercero.
Recuerda, sin embargo, que esa práctica está penalizada por la Ley General de Electricidad 125-01, que establece sanciones con prisión de hasta dos años para quienes la violen. También advierte el auge que están teniendo las acciones para contrarrestar el fraude y de cómo cada semana suman decenas de casos por robo de energía para ser dilucidados en los tribunales.
“Hay que crear conciencia de lo que significa tener energía, y eso es lo que estamos tratando de crear en la ciudadanía… que se entienda que esto tiene un régimen de consecuencias”, reflexiona Solangy`s Reyes Guzmán.
No hay fraude que no se detecte
Morrobel hace una observación directa: no incurrir en la práctica porque “no hay un tipo de fraude que se cometa que no lo detectemos”.
Sabe que hay muchas formas en las que constantemente se intenta burlar la supervisión y que muchos venden la idea al cliente de que pueden truquear su contador de manera que no se descubra, pero su equipo, encargado de la labor de seguimiento, siempre logra detectarlo.
Otra recomendación que comparte Morrobel es la necesidad de verificar con cierta frecuencia el consumo que hace el medidor, así se podrá documentar cualquier denuncia que se deba presentar en el futuro, además de poder advertir a tiempo cualquier cambio en el patrón de consumo.